Cuenta la mitología griega que los dioses de Olimpo enseñaron a los humanos a elaborar queso como un obsequio para ellos.
La realidad, es que los primeros quesos se cree que aparecieron con la domesticación de los animales en el Neolítico, Hace unos 11.000 años.
Primero se domesticó la cabra, más tarde la vaca y está claro que fue la observación, la curiosidad, y sospechamos que la casualidad lo que originó el invento o la aparición de este importantísimo producto.
Hay una leyenda popular sobre un pastor en Asia Menor que volvía a su vivienda con la leche de las ovejas dentro de una bolsa hecha con la tripa de uno de sus corderos y que después de caminar a pleno sol, al abrir la bolsa la leche estaba cuajada, sólida, hecha queso.
En la antigua Mesopotamia, un friso sumerio conocido como “La Lechería” describe de manera visual la producción del queso. Una secuencia del ordeño, batido y más tarde el almacenamiento.
No obstante, puede que se inventara en varias culturas a la vez. La leche, como hemos visto, se conservaba en recipientes de piel, cerámica o madera y como es un producto fresco, fermentaba con rapidez. Los egipcios ya cuidaban vacas y las ordeñaban, sin duda lo disfrutarían. Los romanos sabemos que lo consumían y con la expansión de su Imperio, se extendió por gran parte de Europa. Después, cada una de estas regiones empezaría una elaboración con relación a su propia tradición y cultura. Los griegos sabemos que lo mezclaban con harina, miel y frutos secos En toda la historia de la humanidad hay alusiones al queso.
El comercio internacional de la Edad Media Impulsó la comercialización de productos y con el descubrimiento de América las nuevas rutas transoceánicas transportaban el queso como una de sus valiosas mercancías. Sabemos también que en esta época las órdenes religiosas se convirtieron en importantes zonas de actividad agrícola y el queso era su alimento durante los muchos días de ayuno en los que se prohibía comer carne.
En el siglo XIX hay un cambio importante en un producto que no varío durante siglos; el microbiólogo Louis Pasteur descubrió la pasteurización que disminuyó considerablemente el riesgo de aparición de organismos peligrosos y facilitó que se pudieran mezclar distintos tipos de leche y de distinta procedencia.
El queso era indispensable en cualquier hogar, desde el campesino más pobre hasta la mesa de un noble o un rey.
Con el siglo XX y la aparición de la gastronomía moderna como cultura, sus variedades que son más de 2000, se disfrutan en cualquier lugar del mundo y son la base de recetas de toda índole.
España es protagonista a nivel mundial dentro del mundo del queso. Contamos ya con 14 Denominaciones de Origen.
Es de destacar que el toque artesanal no se ha perdido. El queso que se elabora hoy en día es el resultado de miles de años de tradición unido a los avances tecnológicos y científicos.